Creaciones (D) Creaciones (L) Periódico Digital ECO

PIEDAD

Son las once de la noche, casi las doce, a este punto.

No quiero irme a la cama. Me encuentro en mi escritorio, sentada delante de mi ordenador con mi libro de lengua abierto por la página

59. No tiene mucho de especial, es un libro al fin y al cabo, pero, en esa página espera un extracto de un relato durmiente, esperando a que alguien agite el polvo de sus palabras y use su voz para narrarlo.

Un extracto de “Luces de Bohemia”, un extracto en el que se muestra el lamento de una madre que pierde a su hijo en una protesta anarquista por culpa de la autoridad. Una víctima de varias, una vida que al apagarse salpica a la que le dio vida. Las letras gritan y me estremecen, me asusta la forma en la que me imagino a esa madre, sosteniendo en sus brazos a un cuerpo inerte y frío, delirando del dolor que la pérdida lleva consigo. Vuelvo a releer la obra, fabrico con mis manos una representación que no llega a cumplir con el nudo en la garganta y las lágrimas que se derraman en mi interior.

Pero ya no es solo por la obra.

Me cuesta escoger las palabras para explicarlo. La conciencia que sobrecoge mi ser al pensar en que esto no es solo ficción. En Gaza, más de 20,000 niños y niñas se registran como muertos por culpa de un conflicto que ellos no fueron los causantes. Las madres, los padres,

las familias. Los llantos olvidados en una guerra que solo ve fines políticos y económicos.

Puede que lo que sienta sea impotencia, el peso de millones de vidas que se ven derramadas en los ríos de la codicia de unos pocos que cada vez fluyen con más fuerza, torrentes que me llevan, me hunden y me ahogan. Puede que sea muy sensible, demasiado pacifista, débil, quizás demente, pero la muerte de millones en manos de meras decenas de personas roza un absurdismo que ni los dadaístas eran capaces de conseguir con sus obras.

Hablando de obras. He llamado a la representación de la escena

“Piedad.”

Es extraño pensar en lo extraña que es la quietud de la Virgen María sosteniendo a Jesús muerto en sus brazos, comparado con la furia de Romualda.

Salir de la versión móvil