30 octubre, 2025
Avenida del Trabajo, 24, Montilla, Córdoba
Creaciones (L)

VARIACIONES SOBRE ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Era un día caluroso donde Alicia, aburrida y desolada, sin nadie con quien poder jugar leía un libro de “Harry Potter”

-Jo, patitas blanditas, ¿qué haces? – le dijo Alicia a su gato.

La niña reía ante las tonterías de su gato, hasta que llegó su madre.

– ¿Otra vez jugando con el gato? – le dijo furiosa a su hija.

-No, mamá – le contestó su hija, cansada de las preguntas de su madre – , solo descansaba.

-No más descansos, la merienda está preparada. He preparado tu comida favorita: galletas de maíz y zumo de limón.

– ¡Muchas gracias! – dijo Alicia eufórica- voy antes al baño.

-Vale, pero no tardes- dijo la madre con una sonrisilla en la cara.

Alicia llegó al baño acompañada de su gato. Cuando cerró la puerta no podía creerse lo que veían sus ojos, ¡había un portal! Con curiosidad, lo pasó pensando que llegaría a un lugar desconocido, pero lo que no sabía era que llegó al castillo de la reina de corazones, ¡su personaje favorito!

Impresionada, mira atenta el enorme palacio.

– ¿Te gusta, patitas blandas? – le bromeó Alicia a su gato.

Cuando salió del palacio, se encontró con un laberinto y tres personajes que no había visto nunca.

-Hola, Alicia, te estábamos esperando – dijo el reloj.

-¿Y eso’ – preguntó Alicia dudosa.

-Hemos visto que eres la mejor escribiendo libros y nosotros vivimos en un mundo donde en esta libreta escribes lo que quieres que aparezca aquí, y ¡voilà! Aquí lo tienes, pero, necesitamos un colegio más grande para los niños – dijo de carrerilla el reloj.

-Si te necesitamos porque el hombre que nos construía y escribía en el libro se ha ido. Y queremos que nos ayudes porque los niños no tienen escuela y esperábamos que nos ayudaras a hacerlo – dijo el candelabro derrotado.

Alicia, sorprendida y entusiasmada, se ofreció sin pensárselo dos veces.

El reloj y el candelabro la acompañaron a una modesta casita donde Alicia debía escribir y construir el colegio.

Pasada dos horas, Alicia salió de la casa y se encontró con el magnífico e impresionante colegio.

-¡Guau!, es increíble.  Muchas gracias. Los niños están saltando de alegría- dijo el candelabro orgulloso.

-¡Te gustaría quedarte aquí con nosotros, es decir, quedarte a vivir con todos nosotros? Te daríamos de todo.

Alicia no se lo esperaba, pero eso era lo que ella quería, así que Alicia le pidió media hora para hablar con su madre. Cuando llegó a la casa, su madre estaba cocinando tranquilamente. Después de media hora, ni un minuto más ni menos, Alicia apareció con dos maletas y ¡su madre! Para sorpresa de todos.

-No la podía dejar sola allí -dijo Alicia encantada.

-No pasa nada, ¡tenemos sitio de sobra! – dijo el reloj.

FIN

ROCÍO MESA GONZÁLEZ- 2º DE ESO

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