Fue un difícil momento el que se nos planteó aquel día de verano, cuando recibimos la noticia: uno de los profesores que más nos había marcado en toda nuestra etapa escolar ya no aparecería por la puerta de nuestra aula. Incapaces de asimilar ese duro golpe, nos regalan la oportunidad de despedirnos de ti.
Dejaste huella en nosotros sin ni siquiera saberlo, con tu forma de ser, tu trato directo y cariñoso hacia el alumnado, aunque nos dejases claros los límites desde el principio. Iluminabas cualquier mal día con tus ocurrencias, que solo en ti eran posibles. Compartimos momentos que quedarán en nuestra memoria para siempre.
Nos viste pasar de la niñez a la adolescencia. En cada situación, ya fuera mala o buena, siempre había un consejo que incluso nos llegaba a sacar una sonrisa. Recordando viejas anécdotas, no podemos silenciar nuestros sentimientos. Solo los alumnos que han tenido la suerte de tenerte, entienden lo que en esta carta queremos reflejar.
¿Cómo definirte en solo unas líneas? Complicado cuando menos… No eras un profesor más, marcabas la diferencia. Sin llegar a ser nuestro amigo, conseguiste meternos en tu bolsillo, simplemente con tu manera de afrontar cada día.
No verte por estos pasillos nos crea una sensación que, a día de hoy, no conseguimos afrontar, siendo este año uno de los más señalados para nosotros. Sabemos que no nos faltará tu apoyo desde allá donde estés.
Dicen que nadie se va del todo si queda su recuerdo en nuestro pensamiento y, cómo no, tu “historia” permanecerá inolvidable en cada uno de nosotros.
David Espinosa Cea
Víctor Salamanca Toro
José Manuel Gil Herrador
Alumnos de 2º de Bachillerato
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Querido Cristóbal:
Todo llegó por sorpresa. Fue muy inesperado, no nos pudimos despedir de ti como mereces y como nos hubiese gustado, por eso lo hago yo ahora en mi nombre y el de mis compañeros.
Todos recordamos como si fuese ayer el primer día que tuvimos una clase contigo, sabíamos quién eras de verte por los pasillos y por comentarios de otras personas, pero nada de primera mano. En un principio no sabíamos qué esperar de ti, parecías muy serio, pero al poco tiempo nos dimos cuenta de que era todo lo contrario. Eras una persona muy divertida y que sacaba una sonrisa a todo el mundo en un momento.
El curso pasado nos reímos mucho contigo y esperábamos con ganas la hora de Libre Disposición porque sabíamos que pasaríamos un buen rato. Fuiste muy buen profesor, porque a pesar de que no fuese tu materia, nos enseñaste mucho, no solo a nivel educativo, nos enseñaste de lecciones más importantes: nos enseñaste a tomarnos los problemas con humor, a respetarnos, a ver lo bueno en los demás y a trabajar bien en equipo, siendo Patricia y tú los primeros en demostrarlo entre vosotros y ante nosotros.
Sé que hablar en nombre de toda mi clase es arriesgado, porque cada uno de nosotros escribiríamos algo muy distinto, pero lo hago porque sé que todos lo haríamos con la misma intención y cariño, tus alumnos merecimos despedirnos de ti porque nunca vamos a olvidar los momentos que pasamos, los libros que leímos, lo que nos enseñasteis y, ante todo, siempre te recordaremos.
No tengo palabras para agradecerte todo lo que hiciste por nosotros y con nosotros, el cariño con el que hiciste tu trabajo y sobre todo con el que nos trataste.
Mil sonrisas, mil gracias y hasta siempre, Cristóbal.
Con cariño,
Elena Ocaña Ordóñez 3ºESO A
