30 octubre, 2025
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Opinión Periódico Digital ECO

MONÓLOGO DE SEGISMUNDO

Tras haber leído el primer monólogo de Segismundo repetidas veces y considerando amplio el conocimiento que tengo respecto al mismo, opino que se trata de una de las piezas más importantes del Barroco español, la cual, en su contexto y junto al resto de la obra «La Vida es Sueño», consigue hablar de la naturaleza humana, las fuerzas que actúan sobre el individuo, su responsabilidad por sus acciones y adelanta una corriente filosófica que tardaría todavía unos siglos en desarrollarse.

Sabiendo que Segismundo recita estas palabras debido a su cautiverio en una torre, es de entenderse que se abandone al nihilismo y afirme que nada de lo que existe, percibe o conoce es real, ni siquiera él mismo, y que todo se trata de un enorme sueño. Apela a la muerte como fuerza igualadora de todos los seres, que no discrimina entre pobres, ricos, justos e injustos a la hora de tomar sus vidas. Esto resulta importante, pues establece una base filosófica para el monólogo al marcar

que al final todas las almas siguen el mismo camino. Como no podemos saber lo que le ocurre al espíritu antes del nacimiento, es de asumirse que se encuentra en situaciones similares a después de la muerte, fuera del plano terrenal. Por lo tanto, de acuerdo a lo que puede intuirse del Monólogo, todos los seres empiezan y acaban su vida de la misma manera, por lo que toda diferencia de la vida es insustancial e imposible, ergo, fruto de un sueño.

En contexto al resto de la obra, Segismundo es liberado y al desconocer la capacidad de auto-moderación y prudencia, su recién ganada libertad se torna en libertinaje, cosa que reafirma en sus semejantes sus creencias respecto al mal sino del joven príncipe, que recordemos, se halla preso por una profecía de nacimiento.

Si volvemos a la primera estrofa, podemos ver que hay en el mundo individuos que han de despertar en el sueño de la muerte, lo cual podría parecer un oxímoron, cosa que es, pues no se puede despertar en un sueño. De ahí extraemos que para Segismundo, la vida es el verdadero sueño y dormir en vida es morir por un tiempo, despertando en el mundo de la muerte, donde la conciencia terrenal no existe y el subconsciente reina libre de toda prisión, en un estado más lisonjero. De ahí se extrapola que la muerte no es sino el retorno a ese estado más lisonjero que el alma ansía, pues la libra de las sensaciones y estímulos terrenales, ascendiendo así a lo que Platón llamaría el Mundo de las Ideas y que la teología barroca trataría de paraíso celestial.

Volviendo al contexto general de la obra, con el segundo encarcelamiento de Segismundo se abre la pregunta de quien es realmente culpable, pues el príncipe ha obrado de acuerdo a lo que conoce. De ahí surge la duda de si es realmente responsable de sus acciones si nadie se preocupó por educarle.

El sentido filosófico del monólogo cobra especial relevancia al saber que Schopenhauer ya usó de inspiración estos versos para sus escritos y conclusiones morales y éticas, cosa para la cual aprendió español fluido con el objetivo de apreciar en versión original los versos de Calderón y Baltasar Gracián, que sin duda fueron de gran influencia para las ideas del filósofo.

Con poco o nada más de decir, creo que es evidente la importancia filosófica y literaria de este fragmento de la literatura española, el cual consigue hablar de varios temas de manera precisa y lógica con apenas unos versos.

ANTONIO CHUMACERO RODAS- 3º ESO

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