31 octubre, 2025
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Creaciones (L)

CARTA DESDE LA TRINCHERA (II)

20 de Marzo de 1916

Querida mamá, no tengo ni idea de cuándo se va a acabar esta pesadilla, pero seguimos en una desastrosa guerra contra los alemanes, la cual han llamado Verdún, admitiendo que puede ser una de las más grandes de todo este tiempo que llevamos, en la que lo más duro es ver cómo, para poder huir del frente, tienes que haber reventado antes. No quiero ni imaginarme cómo se tiene que estar viviendo esto desde fuera, pero te aseguro que no es ni de lejos como se ve desde dentro. Sé que no soy el que más tiempo lleva luchando en el frente ni el que más tiempo estará, pero lo que sí que sé es que nosotros los soldados somos como corderos a los cuales llevan al matadero, ya sabemos nuestro destino, pero no cuándo nos llegará. Al día siguiente nos han encargado una ofensiva contra los alemanes, la cual puede significar mi muerte, esperamos un gran refuerzo de tropas, pero aun así, rezo para tener la suficiente suerte como para volver a casa.

Conforme a la situación en las trincheras, está cada vez peor, cada vez hay mayor número de cadáveres acumulados, los cuales desprenden un horrible olor que resulta insoportable, formando muchas torres de metros y metros. Hoy mismo más de veinte soldados han sido enterrados en una fosa común, cosa que por desgracia estamos acostumbrados a ver día a día, para añadir, el tiempo no nos facilita nada, no cesa de llover, formando en las trincheras horribles charcos de barro que nos llegan hasta las rodillas y un hambre y comida que a veces llega hasta congelada de la metrópolis que no podía llegar a imaginar varios meses atrás, nuestro pelotón lleva sin descansar bien demasiadas noches, y no sé cuánto tiempo seguirá ocurriendo esta catástrofe. Las tierras antes eran fruto de la vida y signo de prosperidad, pero la diferencia es que ahora la tierra en vez de ser arada y trabajada es removida por la cantidad de minas y bombas enemigas.

Las trincheras alemanas son considerablemente mejores y su armamento supera con creces al nuestro, pero aun así no pensamos rendirnos ninguno de los que estamos aquí, es triste ver como para poder descansar algo tienes que hacerlo apoyado en una pared de tierra.

Además he perdido a uno de mis mejores amigos al que prometo hacer justicia en el frente, Antoine Petit, su último deseo fue que si le podría hacer llegar un mensaje a su familia de su parte. Sus últimas palabras fueron: “sé que todo va a estar bien”.

Solo espero que los periódicos publiquen la historia verdadera, y no una inventada, la cual intentan vender. Quien desea que la guerra continúe y acabar con la victoria a causa de las bajas del otro bando no merece ser llamado “Ser Humano”. Me gustaría que los que están al mando de todo esto, estuviesen en el frente aunque fuesen dos horas, para apreciar el valor de la vida.

Tu hijo desesperado por volver con vida

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