
Paqui Casado, directora del IES Emilio Canalejo Olmeda desde el curso pasado, nos recibe en su despacho. Nos cuenta que llegó al centro en el año 2000 y que, después de un primer curso en el que fue tutora de 4º de la ESO, trabajó durante 20 años como jefa de estudios. Define su experiencia en el cargo con un solo y elocuente adjetivo: “estupenda”. Explica: “Para mí es la posición donde más se aprende, porque tienes una visión completa de todos los sectores del instituto. Esa relación directa me agrada bastante, igual que el contacto con la gente. Me satisface más el trato que el despacho”.
Presentó un proyecto para dirección en el 2020 y ahora ejerce como directora. Su papel es distinto a la jefatura, una labor más burocrática, de relación con la administración educativa, la inspección, entidades públicas y privadas… “Hay veces en las que tienes q aceptar cosas que no te gustaría aceptar. Cuando no has dejado la tiza, ves lo que hace falta. Cuando abandonas la tiza, es muy fácil escribir un papel con exigencias difíciles de llevar a la práctica y tu función es pedir al personal que lleve a cabo prácticas que en ocasiones sabes que son muy complicadas. Como la atención a la diversidad, que sobre el papel está muy bien, pero que, no siempre resulta posible implementar, por el desinterés de los propios alumnos o incluso de sus familias, que hace a veces difícil que respondan a los programas o adaptaciones”.

Echa en falta tener más clases. En el departamento le han sugerido que reduzca las horas de clase para que pueda disponer de más tiempo para las labores de dirección, pero las horas del día en las que más disfruta es las que está con sus alumnos: “El conocerlos, saber por dónde andan es muy importante. Me gusta saber cómo van los grupos, cómo funcionan los chiquillos y las familias, por eso estoy presente en todas las reuniones de equipos educativos a las que me es posible asistir”.
Ocurre igual con los profesores: “Yo podría no aparecer por la sala de profesores: hay que gestionar mucha documentación y reuniones con jefatura. No hay día que no pase por la sala. Quiero saber cómo se sienten los profesores, qué problemas han tenido. No siempre estamos bien. Somos personas y hay que considerar la mochila de cada uno. Todos llevamos una. Ser consciente de que es fundamental considerar al equipo humano, tanto al alumnado como al profesorado, que es necesario atender a las circunstancias de cada uno, es algo que se consigue cuando tú has pasado por jefatura. Te da otra visión distinta. Si el director no ha pasado por ahí, no conoce a las familias, a los chiquillos, a los profesores…».

Antonio Ordóñez, el último de este equipo de Jefatura de Estudios, nos recibe para hablarnos del aula Ateca (Tecnología aplicada). La creación de aulas de tecnología aplicada en Formación Profesional es una de las actuaciones que la Consejería de Educación se ha propuesto para la modernización del sistema de Formación Profesional actual. Antonio nos cuenta que se trata de un aula de nueva creación que empieza a rodar este año: “Tiene distintas zonas (presentación, creación…) y cuenta con una impresora 3D que se compra con una dotación extra, gafas de realidad virtual, pantalla táctil… Está destinada a los alumnos de los ciclos formativos”.
Parece que en este centro somos afortunados en cuanto a recursos en este sentido, pues “el aula de tecnología para la ESO y Bachillerato también está muy bien dotada, con dos zonas claramente diferenciadas: estudio y taller, además del almacén. Cuenta además con muchas herramientas: marquetería, puzzles, muñequitos, maquetas. Pueden hacerse trabajos de electricidad con circuitos (coches, puertas, cintas transportadoras), elementos mecánicos (mecanismos como poleas, engranajes…), robótica (trabajillos con robots que siguen líneas que detectan obstáculos) y diseño e impresión 3D”.












Para los que nos educamos haciendo como muchos trabajos manuales con segueta, lo que nos describe Antonio nos parece maravilloso. La verdad: dan ganas de matricularse de nuevo para aprender todo esto. Hay más: “tres impresoras. Los alumnos aprenden a calibrar, a ponerlas en marcha, etc.”
Todos los cursos tienen Tecnología: en 1º de ESO es optativa, mientras que en 2º y 3º de ESO es obligatoria. En 4º de ESO vuelve a ser optativa (“Tecnología y robótica”). En esta trabajan diseño e impresión 3D y programación con distintas plataformas (Arduino, Micro: bit…). Aprenden también a programar en Piton, lenguajes gráficos…
Dejamos las entrevistas por hoy con la sensación de que nuestros jóvenes tienen frente a sí un mundo muy diferente al que nosotros teníamos y que la educación pública, al menos en buena medida y aquí, ofrece buenas oportunidades a nuestros alumnos.
Jesús Rivas-Matilde Toledano
