Desde la materia de Lengua Castellana y Literatura se pidió a los alumnos de 4º de ESO que seleccionaran aquellas fotografías que considerasen más representativas de 2020 y que realizaran un comentario personal sobre las mismas, al estilo de lo que periodistas como Juan José Millás o Carlos del Amor realizan en los medios de comunicación en los que colaboran. El resultado ha sido la creación de textos híbridos, entre el periodismo y la literatura. En esta y sucesivas entradas os dejamos una muestra para que disfrutéis de los fantásticos comentarios que, por escrito o en formato audiovisual, han realizado los compañeros.
Como Un Sueño
Tras la lente de la cámara, tras la mirada desde alguna azotea, como si de un encantamiento se tratara, la ciudad que nunca duerme se encuentra en un sopor casi espectral. Solo el silencio se atrevía a pasearse por las calles, arrastrando su manto de melancolía y nostalgia. Con opulencia y parsimonia invade el mundo entero en un viaje que parecía eterno, aunque sin olvidar el velo que acalla sus labios y los protege. Desde los altos rascacielos se aprecia con incredulidad este año correr, como lo hubieran hecho miles de personas en la maratón de esta ciudad, La gran manzana no parece tan grande si se mira de este modo, se ve casi vulnerable. Con asombro, el anónimo fotógrafo esperaba guardar la estampa para, si algún día podía volver a abrazar a un familiar sin sentirse culpable, mostrarle la inverosímil estampa que le aguardaba en este loco 2020.

Al igual que este fuego quema la casa, el diminuto desconocido quemó sueños, esperanzas y nos obligó a, de una forma u otra, replantearnos la vida, o incluso llevársela en su mochila de victorias. El fuego arrasó ferozmente esta casa, por el aumento de la temperatura, quizá este fotógrafo pensó, ilusamente, que un fuego podía avivar la llama de nuestra conciencia y dar la vuelta al mundo, pero se vio eclipsado por el monotema de este año, mucho más pequeño que la memoria de la cámara que conserva la fatídica estampa.

Pero la vida sigue, y con ella los problemas no desaparecen ni son arreglados por arte de magia, sin saber cuál será su destino esta familia huye, parece casi ajena al microscópico villano, pues, aunque muchos nos agobiemos por no poder salir, tenemos un techo del que no salir, que otros siguen viendo como un lujo. Tras la cámara una persona que actúa de forma despistada, para capturar la esencia de la familia. Cómo si no supieran que son retratados, en los ojos de todos se refleja la disyuntiva, el miedo y la desconfianza, que denotan la inocencia robado de los más pequeños.

La inocencia es lo que necesitábamos, pues no obligaba a ver el lado bueno a sentirnos un poco vacíos y aunque estemos más lejos que nunca, juntaremos fuerzas contra el verdadero enemigo, ese que ha enfrentado, matado y al que algunos han subestimado. En un soplo este atípico año volará como las hojas en otoño y otro, al que entramos sin grandes expectativas, llegará. Cómo un sueño persistente 2020 pesará en nuestra memoria para siempre. Cómo una brisa marina directa a nuestras sienes llega el 2021, solo cabe recibirlo con los que se merece.
LUCÍA CASTRO MORALES
