Los alumnos de 1º CFGS de Vitivinicultura, se familiarizan con el módulo de análisis enológico, el cual abarcará un amplio temario profundo y de gran importancia en este intenso mundo del vino.

Para ello, Juan José Gallego, como profesor de dicho módulo, dándole la bienvenida, les propone una interesante y divertida actividad para comenzar el curso con ganas. Esta se basará en realizar múltiples prácticas que quedarán recogidas en un único informe donde se desarrollará, poco a poco, distintos aspectos sobre este precioso mundo.

En un principio, la actividad debido a su amplitud se dividirá en varios días. Por lo que el 31 de septiembre de 2018, fue un día dedicado a la identificación de diferentes variedades de vid y toma de muestras, en esta identificación se intentó localizar las posibles plagas y/o enfermedades que encontramos en el viñedo, el cual fue cedido por Antonio Doblas, propietario de Bodegas Doblas de la cercana localidad de Moriles, también se procedió a la recogida de suelo del viñedo, para un posterior análisis en el laboratorio del IES.

Todas las muestras de hojas, racimos y suelo fueron trasladadas al instituto para su posterior análisis e identificación.

La finalidad de este estudio es porque Antonio, el propietario del viñedo, anteriormente citado. Nos presenta una parcela con diferentes variedades, las cuales quería identificar para proceder a realizar cambio de mejora en la plantación.

Para llevar a cabo la recogida de muestras nos dividimos en diferentes grupos, el profesor encargado de la actividad, Juan José, realiza un reparto equitativo del terreno, dividiendo la zona en parcelas de 5×5. EL objetivo de este reparto fue que parra grupo de alumnos realizara el muestreo de 4-5 parcelas diferentes, cogidas al azar por todo el viñedo, con ello se realizó una selección alternativa de las cepas de la plantación con al que conseguiremos, tras la identificación, diferentes porcentajes de las variedades que con unos estudios se extrapolaran al viñedo completo.

Con este muestreo, se ha tenido en cuenta las cepas que presentaban hojas deterioradas, para su exploración a fondo e identificación de la paga o enfermedad que dicha cepa presente.

Tras una puesta en común de la identificación de las variedades, los alumnos han dado sus opiniones sobre el viñedo, hablando de las futuras labores que deberá realizar el bodeguero, siempre teniendo en cuenta que cada alumno tiene un punto de vista diferente. Pero todas han coincido que las cepas del viñedos tienen muchos años, por lo que aumenta la edad y antigüedad del viñedo. También han coincidido en que alguna variedad que han identificado, siempre con ayuda del profesor, dado al aspecto de la hoja y de la uva, no presentaban la maduración óptima para ser recolectadas, lo que no resulta de gran beneficio para e bodeguero, a que dedica mucho tiempo y esfuerzo para obtener un buen vino, el cual es una de las joyas de esta bodega.

Todos los datos de identificación y opiniones, se le entregarán al bodeguero para que tome sus decisiones sobre el viñedo que posee.

Una vez en el IES los alumnos que habitan recogido las muestras en bolsas para no mezclar las de una cepa con otra. El día 4 de octubre del presente año, procedieron a realizar la identificación de las variedades. Fue un trabajo largo, ya que debían consultar la guía de las variedades que el profesor le había entregado para ampliar sus conocimientos y poder avanzar en el mundo del vino, el cual les apasiona.

Por grupo procedieron a las identificación de las 25 cepas de cada parcela con un total de 16 parcelas muestreadas el día anterior. Por lo que el informe que obtuvieron presentaba 400 variedades, es decir 400 cepas de las que los alumnos habían tomado muestra.

Como anteriormente hemos explicado se realizará la extrapolación al viñedo completo de este porcentaje obtenido en la identificación y se le hará llegar al bodeguero.

Tras todo esto, los alumnos realizaron una cata de uva con los racimos que habían cogido del viñedo de Antonio Doblas.

Cada alumno se sentó en un puesto de cata individual y cogió 5 muestras de uva diferentes, con distintos aspecto.

Catando la uva individualmente, de manera visual, táctil y gustativa, procedieron a realizar una ficha de análisis sensorial de la uva.

Finalmente, en la puesta en común, se llegó a la conclusión de que unos racimos estaban maduros y otros aún no.

Para finalizar esta intensa jornada, los alumnos cataron alguno de los vinos que hoy día ya han obtenido como producto final en su elaboración, con esfuerzo y sacrificio.

Esta práctica es algo que nuestros alumnos anteriormente no habían realizado, con lo que cada día conocerán más sobre este mundo, lo que en un futuro podrán poner en práctica en las bodegas que trabajen y ayudando a los compañeros para una mejor recompensa final.